viernes, 12 de diciembre de 2008

De los anales de la memoria...

Llega...
Vivaldi y el reloc fosforescente

El otro día estaba escuchando un concierto de Vivaldi, super emocionada porque casi nunca salgo de noche y porque me gustan las orquestas de cámara (aunque casi nunca escucho ninguna) y porque me gusta Vivaldi de cuando nuestros papás nos lo ponían para dormir pequeñitas.

Y en medio de la emoción-no me pregunte cómo ni por qué-en medio de Vivaldi, tuve la imagen de su reloj fosforescente en frente de mi cara, en la playa abandonada marcando las 12 am del 31 de diciembre hace no sé cuántos años. Recordé la celebración, borrachos en medio de la nada, brincando en la arena con los compas. Fue aquella vez que nos decoloramos el pelo, la vez que uds cruzaban al estero con bolsas de basura para ir a la civilización a traer víveres, la vez que íbamos al baño con un machete y el rollo de papel higiénico en la mano y nos bañábamos con la barra de jabón en el mar, y la vez que escuchamos hasta el cansancio al pelao tranquilo guantú guantú de latinfrech.

Se acuerda?

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